Humanización del Trabajo
Cuando hay niveles de rotación tan altos en una empresa, debe revisarse con lupa qué nos está queriendo decir la gente, entender que las cifras no nos están hablando tan sólo del estilo de liderazgo que está primando en la empresa o de qué tanto la Dirección General está prestando atención a las renuncias que, a veces dicen más que las palabras, qué tantos espacios de retroalimentación efectiva está brindando la organización para que sea ésta y no los compañeros de quienes se van los que se queden con el panorama completo de situaciones que se están presentando con regularidad al interior de la organización.
Una dupla perfecta es el ideal entre el colaborador y la empresa, aunque es claro que debe haber voluntad de parte y parte para alcanzar el estado deseado; dado que es la organización la que acoge a la persona que ingresa a trabajar, debe hacer un esfuerzo mayor y sostenido para hacer que la experiencia de quien allí llega sea realmente enriquecedora y contributiva que no desborde a los 4 o 6 meses en renuncias.
Aquellas empresas que se quedaron con prácticas obsoletas como las de ser impositivos, llamar la atención en frente de compañeros, no dar autonomía a los colaboradores por falta de confianza u ofrecer como beneficios las condiciones básicas, van a tener que cambiar sus prácticas porque, así como todo en la vida, el mundo empresarial está evolucionando.
En la actualidad se espera que los centros de trabajo sean diseñados pensando en su gente, en cómo facilitarles los procesos y procedimientos del día a día, en estarlos capacitando continuamente para que desarrollen mejor no sólo sus tareas, sino sus proyectos y se preparen para enfrentar los nuevos retos que les son asignados.
Los colaboradores también están recibiendo una formación integral, no solamente con respecto a conocimientos y actualizaciones en su área, sino ahora son más conscientes y exigentes con relación al buen trato y buenas condiciones laborales. El panorama no es como antes cuando las personas se aguantaban en ocasiones malos tratos por la necesidad de tener a cambio una retribución económica y una estabilidad laboral.
Haciendo una analogía con el mundo empresarial, no es la fuerza, la violencia ni los gritos los que van a lograr que se alcancen los objetivos organizacionales; sino que es con el buen trato, reconocimiento, amor y FELICIDAD como vamos a lograr que los colaboradores se sientan tan a gusto para que den lo mejor de sí y van a volverse más productivos e innovadores haciendo a la organización más rentable.
Parte de la responsabilidad de una empresa es velar por el bienestar de quienes trabajan allí y no se debería permitir ni promover el que haya personas que se vayan a trabajar a otro lado por menos salario o incluso que renuncien sin siquiera tener ninguna otra entrada económica, tan sólo porque han llegado al límite por la infelicidad y se ha contribuido tristemente al desarrollo de una baja autoestima. La invitación es a que las empresas sean conscientes de que sus integrantes tienen sueños, metas, y que son seres integrales que no pueden dejar el corazón colgado en la puerta para ir a trabajar y que eso precisamente, es lo más lindo que una persona puede entregar a los demás para florecer en conjunto: empresa, colaboradores y clientes.
Artículo publicado en Nuevo Diario Argentina http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2021/03/29/288590-y-si-humanizamos-el-trabajo-en-las-organizaciones