Las experiencias fuertes, complejas y dolorosas de mi vida que se acumularon en una sala de cirugía, me llevaron a que se generaran oportunidades de aprendizaje, que son necesarias aprovecharlas y disfrutarlas, al mismo tiempo que iba creciendo y madurando, y llegan esos momentos “especiales y diferentes” en dónde lo entiendo todo, somos números, somos cifras, somos indicadores, a veces son buenos, a veces no tanto, a veces en rojo, a veces en verde en donde la moraleja es que necesitamos de los números para entender casi todas las cosas de nuestra vida, incluso cuando nacemos aparte de nuestro nombre, también nos ponen un código de identificación, la talla, el peso, la fecha. Crecemos y nos miden con notas o calificaciones en la escuela y la universidad. En el trabajo califican tu desempeño con números y resultados, tu salario es lo que vales en dinero, también es expresado en números. Fueron años de investigación entendiendo, que lo que nos sirve para medir los latidos de nuestro corazón por lo que hacemos todos los días en el trabajo, también nos sirve para medir tu profesionalismo, tu desempeño, tus relaciones, tu familia, tus sueños, tus objetivos, el gusto por lo que haces, en resumen, lo que te hace feliz y fue lo que me permitió crear un modelo para medir la felicidad de los colaboradores en las empresas.
Artículos
Hacia una Responsabilidad Social Real: La Sostenibilidad Comienza en el Bienestar de las Personas
Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de redefinir la responsabilidad social desde un enfoque humano y sostenible. Al invertir en el bienestar de las personas